La Asamblea General de las Naciones Unidas en una resolución adoptada en 1992 declaró el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua,  como una forma de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de este recurso.

Cada año, las Naciones Unidas destaca un aspecto particular relacionado con el agua. El lema de este año es: Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?,  bajo el cual el organismo internacional hace énfasis en que la mayoría de las actividades humanas generan aguas residuales y más del 80% de las mismas se liberan en el medio ambiente sin tratamiento.

En el mensaje realizado por esta fecha las Naciones Unidas señala el acceso al agua potable y al saneamiento como esenciales para los derechos humanos, la dignidad y la supervivencia de mujeres y hombres de todo el mundo, en especial los más desfavorecidos. También es decisivo para avanzar en la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en su conjunto, puesto que el agua es un hilo conductor de los objetivos de desarrollo sostenible y sus metas interrelacionadas.

Entre esos puntos menciona que el aprovechamiento de las aguas residuales tiene relación con el objetivo sobre la energía asequible y no contaminante, ya que la energía hidroeléctrica es la fuente de energía renovable más importante y más utilizada, que en el 2011 representó el 16% de la producción total de electricidad en el mundo.

La Entidad Binacional Yacyretá nace en 1973 impulsada por los gobiernos de Paraguay y Argentina para producir energía utilizando las aguas del río Paraná como materia prima.